Fuente: tecnometro.blogspot.com |
Dentro de estas semanas he presenciado variadas presentaciones, muestra de contenidos y cada vez estoy más convencido que la esencia no pasa por lo que se dice sino por quién y cómo lo dice. Hace un tiempo atrás compartía con ustedes una presentación de diapositivas que se llamaba El Arte de la Presentación hoy quisiera compartir algunos puntos que he observado de algunos docentes que empiezan a hablar con este recurso, y que, lamentablemente no le han sacado el máximo provecho que pudiera tener para una clase.
Puede llevar tiempo, pero le aseguro que es necesario para el bien de la humanidad.
Algo de lo que parece que adolecemos los docentes es de tiempo para preparar una buena presentación, y cuando estamos frente al computador para desarrollar esta actividad deberíamos enfrentarnos a una serie de preguntas (que son bien similares a las que deberíamos hacernos al momento de desarrollar una unidad didáctica o planificación de clases), a saber ¿qué quiero contar? ¿cómo lo haré? ¿con cuánto tiempo dispongo? y la principal ¿quiénes son mis destinatarios?
Pecamos mucho sobre las imágenes y conceptos, la presentación de diapositiva debe ser un apoyo, no el centro de la misma historia que tenemos que entregar; es cómo contar una historia que se hace atractiva, que tenga el apoyo de imágenes o de una idea fuerza. Con un concepto que tengas en mente y que tus destinatarios se lleven ya has hecho un gran trabajo.
El ensayo es la esencia de la presentación, quien improvisa no se hace creíble, por lo mismo para preparar una clase con diapositivas hay que hacerse de tiempo; por lo general para una presentación de una hora y media es necesario estar practicando varios días antes, especialmente por la dicción y presentación coordinada con las imágenes. Es recomendable que puedas intercalar preguntas en tus diapositivas para que los actores de tu presentación estén dispuestos a contestar o generar nuevo tipos de preguntas.
2. Al momento de la presentación no mirar tu presentación
Suena contraproducente, pero es una gran verdad, si estás desarrollando una presentación los destinatarios de ella son el público y no la presentación misma, recuerda que es un apoyo y no el centro de tu clase o actividad, por eso es que muchas presentaciones pueden estar muy bien elaboradas, pero al momento de empezar a leer lo mismo que estás comentando haces que sea un tiempo perdido, volvamos al punto anterior, sin ensayo y sólo usas las diapositivas como un ayuda memoria mejor envíales la presentación a tus alumnos por correo y entrega el salón o el proyector multimedia a otro que lo necesite de verdad. Es verdaderamente una tentación seguir tu misma línea de argumento desde la pantalla, pero quien va contando la historia de la clase no es el proyector sino que tú como docente.
Aparte que no estar mirando la presentación dota de seguridad al expositor, ya que tiene la claridad de la secuencia de los momentos que aparecen en cada pantalla. Volvamos a recordar, la esencia de esto es el ensayo, la práctica hace al maestro.
3. Si vas a trabajar con un documento, que éste sea para el final
Una de los hechos que más me había confundido en los años de clases era la discusión de entregar o no material complementario con una presentación, para unos era doble trabajo, para otros una pérdida de tiempo (total se iba a explicar en clases). Hasta que di con la clave: "No todo se ha de entregar en clases", el ideal es que nuestros destinatarios puedan profundizar la presentación entregada. La idea es poder tener material complementario para que sigan el estudio, análisis y trabajo en grupo. Ah, eso sí, nunca se entrega al inicio de la presentación sino que al final. ¿Se han dado cuenta que al final de un concierto en un teatro pequeño o en un concierto en un local reducido siempre se vende la discografía del cantautor o músico a la salida? Si es bueno, se va todo lo ofrecido. Espero que con tus presentaciones también se adquiera el gusto y se lean los documentos que entregas.
Todo esto es perfectible, y mejorar. Lo digo por experiencia propia no soy el mejor, hay otros que hacen de cada clase un relato fascinante sin olvidar entregar los contenidos mínimos, pero también quiero aprender a que mis alumnos puedan llevarse una historia para su vida.
Las clases que más se quedaron en mi memoria fueron aquellas en que el relato era el centro de todo, la historia bien contada y sobre todo las preguntas que interpelan a la audiencia. He estado en presentaciones de futuros docentes e incluso de docentes que lo único que hacen es leer lo que tienen en las diapositivas, o sea, una pérdida de tiempo. También tuve profesores que entregaban una fotocopia al comienzo de la clase y la leía durante el desarrollo de ésta... otra pérdida de tiempo.
ResponderBorrarExcelente esta nota y lo que tú haces en la Educación chilena.