Como nunca la inmediatez de encontrarse con los contenidos, facilitando los aprendizajes para nuestros alumnos ha hecho que caigamos (me incluyo) en no preparar un buen espacio de apertura de conocimiento. Ninguno es dueño y guardián de la verdad y de la forma de enseñanza, ni siquiera de aquellos conocimientos que nos transmitieron nuestros propios maestros ha ido cambiando, quizá el contenido como tal no, pero la forma de entregarlo y de adquirirlo dista mucho aquello que era "metodología probada y consagrada". Muchos de nosotros buscamos nuevas metodologías para llegar a lograr un aprendizaje significativo en nuestros alumnos, pero se nos olvida cómo involucrar, dar un relato que cautive a la mayoría de nuestra audiencia. Siempre me acuerdo de un profesor de universidad que en sus metodologías para cautivar nuestra atención llegaba con algo que quebraba los esquemas, se disfrazaba, hacía un juego, o simplemente llegaba antes de lo esperado y nos tenía preparado algo e
Una lectura creyente desde la educación