Cuando llegaron las calculadoras científicas a las salas de clase a finales del siglo XX varios profesores de matemáticas tuvieron que aprender a convivir con ellas, ya que los innumerables libros con tablas de valores en que se daban las raíces exactas de números, los valores de los logaritmos y otras tantas fórmulas aplicables se desvanecieron con el tecleo de una función y el resultado estaba en la pantalla de cristal líquido de algo que era desconocido para muchos. La justificación de tal introducción: reducir el tiempo de cálculo que era una tarea tediosa y que, claro, para algunos docentes significaba que adaptarse a dicho cambio.
Un nuevo recurso que llega a pasos agigantados |
Los estudiantes pueden beneficiarse de la inteligencia artificial gracias a la capacidad de estas herramientas para proporcionar información confiable y precisa al momento. Además, la inteligencia artificial puede ayudar a los estudiantes a mejorar sus habilidades de aprendizaje, ya que pueden obtener información y recursos de una forma más rápida y eficiente. La inteligencia artificial también puede proporcionar a los estudiantes contenido educativo personalizado, lo que les permite aprender a su propio ritmo y enfocarse en los temas en los que necesitan mejorar.
Los estudiantes pueden tener riesgos al usar herramientas de inteligencia artificial, como chatbots GPT, debido a la posible falta de privacidad, la seguridad de la información y la fiabilidad del contenido. Además, existe el riesgo de que los estudiantes confíen demasiado en estas herramientas y no desarrollen sus propias habilidades de aprendizaje.
Los profesores pueden emplear la inteligencia artificial como un recurso pedagógico al proporcionar a los estudiantes contenido educativo personalizado y recursos de aprendizaje más eficientes. La inteligencia artificial también puede permitir que los profesores administren, almacenen y analicen los datos de los estudiantes para ayudar a personalizar la experiencia de aprendizaje. Los profesores también pueden utilizar la inteligencia artificial para ayudarles a comprender mejor las necesidades de sus estudiantes al proporcionarles informes detallados sobre el rendimiento de los estudiantes. Finalmente, la inteligencia artificial puede ayudar a los profesores a proporcionar contenido educativo en tiempo real, lo que les permite adaptarse a los cambios en el entorno de aprendizaje.
Salvo el primer párrafo, el resto fue redacción de una IA al cual le indiqué que redactara tres párrafos a partir de la primera idea.
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