Si empiezo a desarrollar esta pregunta aquí, fue gracias a una lectura que vi en contenidos presentados por Emma Lozano en Scoop.it, y que enlaza a una página de Eduteka: Aprendizaje Basado en Retos. Simplemente me fascina la idea de ir más allá de realizar una clase frontal ante los alumnos, y que ellos vayan generando sus aprendizajes, pues la educación actual debería basarse más en las habilidades y competencias que en los contenidos que se tienen que aprender.
Simplemente fui leyendo y comprendiendo cómo es que los aprendizajes basados en retos son cualitativamente eficientes a la hora del compromiso de los estudiantes a la hora de generar productos que son fruto de un proceso, que mejora también a nivel cualitativo, su nivel de lenguaje y comprensión de los conocimientos que debe manejar a la hora tener un producto que cuantitativamente puede ser observado, y por tanto, evaluado.
Simplemente fui leyendo y comprendiendo cómo es que los aprendizajes basados en retos son cualitativamente eficientes a la hora del compromiso de los estudiantes a la hora de generar productos que son fruto de un proceso, que mejora también a nivel cualitativo, su nivel de lenguaje y comprensión de los conocimientos que debe manejar a la hora tener un producto que cuantitativamente puede ser observado, y por tanto, evaluado.
Los aprendizajes suelen ser la bandera de lucha de muchos equipos directivos y profesores, pero no nos acercamos a que los alumnos aprendan (o sepamos que sus aprendizajes sean significativos) ¿por qué? Las razones pueden ser muchas, pero desde mi experiencia (y este año realicé en un curso una experiencia), es que los niños ya no están para un sistema de enseñanza frontal, sino que es necesario desarrollar retos en los alumnos para que los aprendizajes sean, al final, significativos. Yo dividiría el tema en tres puntos de vista: El profesor, los alumnos y las evaluaciones estandarizadas.
1. El Docente
Suele ser el punto de partida de una serie de elementos que pueden llevar a las más intrincadas justificaciones que parecen necesarias a la hora de realizar una clase (formal). ¿Qué ocurre cuando se quiere hacer un cambio? ¿cuáles son los ejes en que se quiere dirigir la clase? ¿Cómo evalúo los resultados académicos?... Son tantas preguntas que te quedas entrampado. Y cuando estás en estas situaciones la respuesta suele ser muy sencilla. Volver a hacer unas preguntas que llevan al centro de lo que se quiere:
1. El Docente
Suele ser el punto de partida de una serie de elementos que pueden llevar a las más intrincadas justificaciones que parecen necesarias a la hora de realizar una clase (formal). ¿Qué ocurre cuando se quiere hacer un cambio? ¿cuáles son los ejes en que se quiere dirigir la clase? ¿Cómo evalúo los resultados académicos?... Son tantas preguntas que te quedas entrampado. Y cuando estás en estas situaciones la respuesta suele ser muy sencilla. Volver a hacer unas preguntas que llevan al centro de lo que se quiere:
- Qué enseñar.
- Cuándo enseñar.
- Cómo enseñar.
- Cómo evaluar.
Para desarrollar un aprendizaje basado en retos hay que tener claro que el qué enseñar debe ser motivador para los alumnos, porque las preguntas cuándo y cómo enseñar se transforman en lo que los alumnos van a ir descubriendo, para ello es importante:
- objetivos claros.
- tareas específicas.
- tiempos acotados.
- evaluaciones claras.
En mi caso me basé en la experiencia de Formación Ciudadana de Quinto Básico, la esencia es que los alumnos supieran y conocieran los derechos humanos, su fundamentación y justificación a lo largo de la historia y su relación con la vida diaria. Teniendo en cuenta esto un desafío claro para mis alumnos es que desarrollaran a partir de una serie de vídeos, imágenes y páginas web (incluyendo a YouTube) para que comprendieran los 30 Derechos Humanos y su importancia para ellos como sujetos de derecho. El punto era motivar a los niños y de ahí partir el trabajo. El Objetivo que los niños supieran y valoraran que son sujetos de derechos y que sus derechos son inalienables. Con esta idea me dispuse a un trabajo de dos meses, entre investigación de cada grupo de alumnos, para presentar una frase que tomara a lo menos dos derechos humanos contextualizado a la realidad del colegio y del curso para que todos tomaran conocimiento de ellos.
2. Los estudiantes
Todavía es temor que los alumnos en un aula conversen, se ve como sinónimo de indisciplina, pero en el contexto del día a día es algo que tiene que ocurrir, especialmente para el intercambio de ideas y trabajos. ¿Cómo es que toman los alumnos un trabajo de tal envergadura? Si no hay buena motivación no hay mucho qué hacer. La motivación de lo que pueden lograr al finalizar este trabajo es lo que puede marcar la diferencia.
En el aprendizaje basado en retos hay que tener claro un tema: los tiempos de cada niño, y por ende, de cada grupo pueden ser distintos. Por lo mismo es que hay que tener estrategias durante el proceso para ver su grado de avance y de compromiso con el trabajo. Siempre el rol del profesor es de acompañamiento, orientación, pero son los alumnos los que tienen que ir solucionando sus conflictos tanto internos como de trabajo. ¿Acaso no es así la vida a diario? En este caso, es bueno para cada alumno tener una bitácora de trabajo (una plantilla estándar, o incluso una grabación en vídeo de lo que han ido trabajando durante el día, para saber cómo van, cómo se sienten, que cuenten lo que viven), junto a ello tenían claro que la evaluación es el informe que ellos iban generando y la presentación final del producto en una plantilla de presentación por diapositivas.
Durante las primeras semanas fue algo enredado para alumnos, y justo en la observación de una clase, puesto que partimos hablando de los derechos de los niños y de la canción de Miguel Bosé "Dame una Isla", y los niños tenían que hacer un sencillo trabajo: plasmar dentro de los derechos de los niños cuáles son en concreto los que ellos viven. Cuando los niños hablan en grupos puede parecer un desorden, y los trabajos no tenían un tiempo concreto. Claro, al finalizar ese día una de las observaciones que me hicieron fue: "Son conversadores estos niños". Pero con el paso del tiempo y de sus averiguaciones, en la investigación que desarrollaron sobre los derechos humanos lograron establecer una dinámica de trabajo impecable, puesto que mejoraron su vocabulario y comprensión de los derechos y deberes civiles, y de su relación con el entorno y las autoridades, junto con la declaración universal de los derechos humanos y de cómo ésta es producto de un proceso a lo largo de la historia. La gran mayoría del curso logró tener alcanzado un mejor nivel de vocabulario técnico. El uso del laboratorio de computación fue crucial, en el trabajo en parejas para desarrollar la investigación y la posterior presentación para toma de conciencia.
3. Las evaluaciones estandarizadas
Uno de los grandes temas que se presentan cuando se quiere cambiar de modelo de aprendizaje es si lo que los estudiantes han aprendido servirá para dar respuesta al esquema de evaluaciones estandarizadas (pruebas de selección única). La respuesta para algunos parecerá improcedente, pero los alumnos van adquiriendo los aprendizajes tanto en los contenidos como en las actitudes y procedimientos con mayor satisfacción que si se hubiese hecho de forma frontal.
En el caso personal dentro del colegio tenemos una serie de evaluaciones externas estandarizadas, y en ellas se nos evaluó la parte de formación ciudadana y los resultados son interesantes.
Porcentajes de Logro. El curso en que trabajé fue 5ºB; H: Historia; G: Geografía; F.C.: Formación Ciudadana |
Al haber ya nueve puntos de diferencia, en un curso que, comparado con el otro de su nivel, es casi parejo en todas las evaluaciones, el salto de nueve puntos porcentuales es notorio.
El Salto se puede dar siempre y cuando tengamos estos tres ejes claros, pero el principal, para ejecutar tamaño salto, tiene que ser el docente. Se puede, siempre y cuando tengamos claridad de lo que queremos llegar a ver en nuestros alumnos.
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