Mucho tiempo atrás en los años que teníamos una televisión que era en blanco y negro, cuando en familia veíamos el programa del Chapulín Colorado, interpretado por Roberto Gómez Bolaños - Chespirito, me causaba mucha risa la frase "Que no panda el cúnico", no la entendía, pero sí estaba clara la expresión del rostro de este actor cada vez que la decía: tendía al nervio, a no saber qué es lo que ocurría y quería dar seguridad a los que estaban a su alrededor, y al final con varias improvisaciones salía la solución al dilema que se presentaba y terminaba con la frase "No contaban con mi astucia".
Por mucho tiempo pensaba que los docentes debían tener el control de las situaciones pedagógicas (los cuatro ejes fundamentales (preparación de contenidos, ambiente, desarrollo y cierre), manejar a la perfección técnicas y metodologías que pudiesen conducir a la clase en todo un proceso ordenado, secuenciado, lógico descriptivo y concluyente, para que así los alumnos quedasen sin ninguna duda de los contenidos adquiridos. Nuevamente, y con los años de experiencia en el cuerpo, me doy cuenta que los aprendizajes más significativos se dan en los momentos en que hay incertidumbres inesperadas y soluciones por descubrir, y en que el profesor-guía, pasa a ser un pedagogo y un maestro.
Por más probada que esté una metodología siempre hay algo nuevo que se puede desarrollar, quizá los contenidos sean los mismos, pero los alumnos cambian, la forma de entregar el saber didáctico cambia, y por tanto, el camino que se ha recorrido para entregar los conocimientos ha cambiado ¿no es acaso cada día de clases algo totalmente nuevo? Claro, el currículo nos da una hoja de ruta, pero no es la ruta en sí. Hay que conocer muy bien el camino para saber caminar (pedagogo) junto a los alumnos, son ellos quienes han de descubrir aquellas cosas que les van interesando, mas es el docente quien tiene que mostrar la pasión que va más allá de lo circunstancial (magistro). No hay nada mejor que plantear problemas, situaciones de vida en algunas ocasiones; quizá en otras, son cosas que cargan los mismo jóvenes y que nos llevan a conducir la clase a aquello que queríamos comunicar. La educación no es algo monolítico establecido y mecanizado, como un docente muy querido nos decía: nunca dejamos de aprender y de educarnos, pero para ello nunca debemos perder la capacidad del asombro y de asombrar a los demás.
En este proceso es necesario que como docentes le perdamos el miedo a salirnos de las situaciones "obvias", y que en vez de dar todo por hecho, iniciar con problemáticas accesibles a nuestros estudiantes, a no cultivar mentes monótonas. Creo que el trabajo que se está haciendo de desarrollar el aprendizaje de los alumnos por medio de proyectos es un buen ejemplo de lo que es salir del espacio simple, la vida no es un proceso lógico y ordenado, va más allá, lleva la comprensión e interacción de varios elementos y varios saberes que hacen que la experiencia de los hombres sea algo humano. Así que a pensar desde varias ramas del cómo aprender sería una buena forma de motivar a ver en la incertidumbre del desarrollo de una clase poder involucrar con mayor interés a nuestros alumnos.
No nos asustemos, estamos en un territorio que para muchos siempre es algo nuevo e inexplorado, debemos ser astutos para llevar todo esto a buen término.
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