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Si no lo explicas simplemente, es que no lo has entendido

Fuente: Flickr.com
En las clases muchas veces veo que los alumnos prestan atención, sus caras fijas puede ser una buena señal de saber si hubo una buena motivación, pero no me fío de lo que dicen sus rostros, puede que sean muy buenos actores, pero surge el temor de pensar que los aprendizajes  no son los suficientemente duraderos y permanentes. La pregunta fundamental es ¿cómo saber que un alumno ha podido aprender significativamente?


En el proceso de enseñanza aprendizaje se da que en todo este camino la evaluación debiera ser el eje que permita coordinar el conocimiento de los aprendizajes adquiridos por los estudiantes, para así tomar las medidas concretas para mejorar en los alumnos aquellos elementos que los instrumentos evaluativos arrojan como deficitarios.

Esto puede que ayude mucho, y es cierto, pero en un mundo en que se pide acelerar los resultados mediante pruebas de selección múltiple, en que un porcentaje de las respuestas son dejadas al azar cuando no se sabe a ciencia cierta cuál es la alternativa correcta, se corren muchos riesgos. 

Pienso que la mejor forma de ver cuáles son los avances de los aprendizajes va de la mano de la práctica, mucho más que en la memorización, ya que la memoria va de la mano de una experiencia significativa, no es tan solo una experiencia visual, sino que también puede ser bien reforzada con una experiencia kinestésica o auditiva. 

En el caso de la ciencias humanas y las ciencias no encuentro mejor resultado de aprendizaje que el antiguo arte de los grupos de compañeros, en que el que más sabía se ponía a explicar a los compañeros, y el resultado era que los escuchas entendían los contenidos de aprendizaje, y que el que hace las explicaciones producía mejores aprendizajes buscando ejemplos, transponiendo didácticamente con un lenguaje sencillo los conceptos y contenidos a sus pares. 

Leyendo la biografía de Steve Jobs me encontré con algo similar a lo que estoy presentando aquí. Cada vez que un empleado de Apple tenía que hacer una presentación, existía una máxima: "Si no lo puedes explicar de forma sencilla, entonces no lo expliques". 

He ahí una de las claves para ver si es que un alumno ha aprendido, que una vez que haya hecho todo el proceso de apropiación de estos conocimientos nuevos, sea capaz de expresarlos de forma sencilla e inteligible para sus pares.

De ahí que es necesario que, como docente también tenemos que explicar de forma sencilla, pero a la vez profundizando en el lenguaje más técnico de nuestras especialidades. Si lo vemos desde la óptica del estudiante sería una sentencia como: "Se nota que el profesor sabe, pero no explica bien". ¿No lo habrás escuchado (o dicho) tú también? Enseñemos también a explicar con claridad que eso nos facilitará nuestro esfuerzo de saber cómo van nuestros estudiantes.

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