Siempre me llamaba la atención que cuando apoyaba a mis compañeros de curso en las clases de matemáticas, o cuando hacía ayudantías en la universidad (y no fueron pocas) me daba cuenta que más aprendía y comprendía lo que había estudiado años anteriores; y claro todo parecía más sencillo. Una vez un amigo me dijo: "Lo que enseñas es para que tú también lo vuelvas a aprender". Y es cierto. Pero en contraposición, cuando me preparaba para una prueba, cuando la rendía, pasado unas horas se iba olvidando la mitad de lo que había estudiado horas o días atrás para la rendición de tal evaluación. ¿Por qué ocurre esto?
Hoy leyendo el blog de Paloma Valdivia, Hurukuta, que me aclaró esta contraposición, que aprendes más en los proyectos que desarrollas y aprendes poco cuando lo lees de forma directa.
Ahora para los que nos cuesta el inglés es bien sencilla la explicación:
El 70% de todo lo que aprendemos se genera en medio del trabajo, en el día a día, mediante aquello que de verdad necesitamos, ya sea para la resolución de problemas o el desarrollo de proyectos. Estos espacios de aprendizaje son abiertos y de alta calidad de socialización entre las personas para conseguir los objetivos propuestos.
El 20% del resto de nuestros aprendizajes es por medio de repetir aquellos actos que hemos aprendido. Un ejemplo es que una persona tiene que repetir una y otra vez, ya sea mediante el apoyo de un tutor u orientador. Es algo que siempre se hace en las clases de conducción, que el profesor vaya al lado del alumno para reforzar aquellos aprendizajes que se han hecho en teorías.
El 10% final, es el aprendizaje que se da en el aula, o frente al computador, o un taller.
Según esta proporción, parece que todos nuestros esfuerzos los invertimos en el 10% sin saber que todo lo aprendido en este último tercio no se retiene, o de manera más técnica, no se aprende. Sea cual sea la forma en que ganamos nuestra experiencia, sabemos que son vitales elementos básicos para nuestro desarrollo. Aprender a "hacer" algo es mucho más importante que aprender "sobre" algo en términos de mejorar el rendimiento. No hemos aprendido a montar en bicicleta por el aprendizaje de la primera ley de Newton del movimiento, ni nos enteramos de cómo utilizar mejor nuestras habilidades profesionales a través de la lectura o se les habla sobre ellos. Nos enteramos a través de hacerlas o, al menos, tratar de hacerlas. La teoría y las explicaciones son a menudo útiles, pero el verdadero aprendizaje ocurre a través de la experiencia y la práctica.
Este tipo de experiencia nos lleva a preguntarnos ¿cómo se obtiene esto? Con la base de la autodisciplina, ya que el logro de los objetivos hace que nos impongamos reglas para conseguir las metas propuestas.
Para continuar leyendo
Página de Charles Jennings
Este tipo de experiencia nos lleva a preguntarnos ¿cómo se obtiene esto? Con la base de la autodisciplina, ya que el logro de los objetivos hace que nos impongamos reglas para conseguir las metas propuestas.
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